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sencillamente lilu

sin título uno

Y me arañó con sus ojos morados en mi cristal de hojalata, en la ventana de mi habitación clavó un puñal de mil amores y entonces suspiró: "quiereme". Yo le dije que no mil veces y mil veces más hasta que ella no se dió por vencida ninguna de ellas. "Vas a quererme alguna vez?" suplicaron sus enormes manos contra mi piel, y mil veces más que antes mis senos le dijeron que no. Y lo volvió a intentar infinidad de veces, y día tras día acudía a mi cristal para hacerse la misma pregunta. Y la bola mágica de mi ventana siempre la obsequiaba con la misma triste respuesta: no. Y jamás se dió por vencida, ni dejó de acudir puntual a su cita de las 19.30h para seguir preguntándome algo cuya respuesta ya conocía. Y fueron pasando los tiempos, lentos y pesados unos tras otros; y después del verano acudió silencioso el otoño, y después sigiloso el invierno, y también la alegre primavera. Y todo transcurría igual. Ella con sus mismas cuestiones de siempre, y yo con mis mismas respuestas de antes.

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